Historias sobre el afeitado: dos hombres y su experiencia con su primer afeitado

Historias sobre el afeitado: dos hombres y su experiencia con su primer afeitado

El primer afeitado es básicamente un rito de iniciación. De hecho, para muchos hombres marca el inicio de la transición entre la infancia y la madurez.

Sin embargo, puede haber mucha arrogancia en lo que respecta a ese primer afeitado del vello facial, ya que algunos adolescentes actúan como si fueran expertos en la materia (aunque nunca hayan cogido una maquinilla).

Quizá por eso los cortes durante el afeitado son tan frecuentes en esta etapa. A fin de cuentas, no solo se necesita tiempo para aprender la técnica: también hace falta un poco de ensayo y error para descubrir lo que funciona y lo que no.

A continuación, dos hombres nos comparten sus historias sobre su primer afeitado. Sus experiencias nos muestran qué recuerdan de su primera vez con la maquinilla y cómo ha evolucionado su concepción sobre un buen afeitado.

La historia del primer afeitado de Pierre

Cuando el vello facial se asoma por primera vez y empiezas a sentirte atraído por otras personas, todo gira en torno a ti. Comienzas a prestar más atención a tu guardarropa, a cómo hueles, a tu aspecto en general y, por supuesto, también a esa barba incipiente que parece brotar.

Como hijo de madre soltera y sin hermanos varones —solo una hermana menor— no tenía a nadie que pudiera enseñarme cómo eliminar el vello facial, alguien que me mostrara cómo funciona el afeitado realmente.

En ese entonces, vivía cerca de un centro comercial, así que fui a la farmacia para comprar mi primera maquinilla de afeitar para adolescentes. Era uno de esos kits que vienen con la maquinilla, un par de hojas de recambio y una espuma de afeitar.

Cuando volví a casa, me sentía preparado para mi primer afeitado. Recuerdo que me puse demasiada espuma y que me corté la mejilla con la maquinilla, a pesar de que apenas tenía vello facial. Cuando terminé, cubrí orgulloso mis heridas con trocitos de papel higiénico.

Por suerte, hoy en día hay más maquinillas con un extra de protección, como la SkinGuard Sensitive de Gillette.

La historia del primer afeitado de Johannes

A mí me comenzó a salir el vello facial a una edad muy temprana. Como cualquier niño, no me sentía para nada cómodo siendo el primero del grupo. No es fácil eso de entrar a la pubertad, pero, por suerte, los hermanos mayores de mis amigos me animaron diciéndome que ya era todo un hombre. Eso me ayudó a recuperar la confianza en mí mismo. Aunque, claro, seguía pensando que el vello tenía que desaparecer sí o sí.

En esos tiempos, creí que era demasiado joven como para comprarme mi primera maquinilla de afeitar para adolescentes, así que decidí usar la de mi padre. Papá, si estás leyendo esto, sí, utilicé tu maquinilla en secreto.

Era una cosa vieja de acero inoxidable con una sola hoja. Un mal movimiento, ¡y te cortaba la cara!

Creo que me afeité en secreto durante todo un año. Así, en seco y sin gel o espuma de afeitar porque mi padre podría darse cuenta.

Y bueno, como me resultaba muy incómodo quitarme las pelusillas de la cara de ese modo, decidí usar mis ahorros para comprar mi primera maquinilla de afeitar.

La maquinilla parecía tener 30 hojas con bandas de gel refrescante y un diseño muy chulo. Estaba superorgulloso de ella.

También compré mi primer bote de gel de afeitar. Venía en un kit todo en uno. Ambos me duraban un montón y, lo mejor, ¡a mi piel parecía encantarle la sensación!

Por cierto, mi padre aún conserva esa vieja maquinilla…

Qué esperar de tu primer afeitado

Es normal que los jóvenes sientan inseguridad antes de su primer afeitado. Pierre y Johannes se cortaron en su primer intento, así que usar un modelo respetuoso con la piel, como la maquinilla de afeitar Gillette SkinGuard Sensitive, habría sido mucho mejor. La gama SkinGuard Sensitive, clínicamente probada, es ideal para pieles sensibles y, por ende, es adecuada para un primer afeitado.

¿Te resultó útil este artículo?