¿Es malo compartir la cuchilla de afeitar con alguien?

¿Es malo compartir la cuchilla de afeitar con alguien?

¿Realmente es malo compartir las cuchillas de afeitar? La respuesta corta es un sí. Compartir la maquinilla de afeitar con una persona —o toda la familia— es más que un problema de higiene. También puede suponer un riesgo para tu salud.

Verás, las hojas de afeitar de una maquinilla pueden propagar infecciones, virus, hongos y bacterias. Y eso no es todo. Incluso si los usuarios están sanos —algo que no podrás saber con seguridad— lo más probable es que las cuchillas estén desafiladas.

¿Quieres saber qué tan grave puede ser compartir tu navaja o maquinilla de afeitar? Entonces, quédate hasta el final. Hemos hecho un resumen bastante completo sobre el tema.

Razones por las que no deberías compartir tu cuchilla de afeitar

Razón 1: La maquinilla de afeitar podría estar desafilada

Si piensas que compartir las hojas de afeitar —incluso si están desafiladas y desgastadas— es mejor que andar con una barba desarreglada —o con vellos corporales indeseados— estás equivocado. Usar con una maquinilla sin filo arruinará tu experiencia de afeitado.

Hay muchas razones por las cuchillas sin filo te impiden obtener un afeitado limpio y apurado: no se deslizan apropiadamente sobre la piel (ni siquiera con gel o espuma de afeitar), jalan el vello provocando tirones y no cortan al ras, obligándote a afeitarte con más frecuencia.

Compartir la navaja o la maquinilla de afeitar con alguien más también te expone a quemaduras, pelos enquistados y al sarpullido después del afeitado.

Como no sabes cuántos usos han dado a esas cuchillas, tendrás que esforzarte un poco más para eliminar el vello, irritando tu piel y ganándote un mal aspecto en el proceso.

Razón 2: Compartir cuchillas de afeitar propaga infecciones

Cuando te afeitas, no solo eliminas vello. Las cuchillas pueden provocar pequeños cortes en la superficie, en especial si están desafiladas o tienes la piel sensible. A veces, estos rasguños son imperceptibles, pero están ahí. De hecho, son los responsables del ardor después del afeitado.

A pesar de su tamaño microscópico, los rasguños y arañazos que genera la maquinilla de afeitar son lo suficientemente grandes como para abrirle la puerta a gérmenes, hongos y bacterias.

¿Cuál es el riesgo? Pues, además de aumentar las posibilidades de tener un pelo enquistado infectado, podrías contagiarte de otras cosas, como tiña o verrugas causadas por el VPH.

Sabemos que el amor es ciego y que quieres a tu media naranja o a tus amigos tal y como son. Pero, ¿estarías dispuesto a exponerte a una enfermedad solo por compartir la navaja con ellos?

Razón 3: Podrías contraer una enfermedad grave

Puede que pienses que las probabilidades de adquirir un hongo por prestar tu maquinilla —o afeitarte con la de alguien más— son bastante bajas. Y también que, de hacerlo, no es nada que una visita al dermatólogo y un par de cremas no puedan curar.

Si es así, ¡mejor piénsalo dos veces! Compartir la cuchilla de afeitar te puede exponer a algo mucho más serio que un hongo o una verruga común. Hay enfermedades crónicas que suelen propagarse a través del intercambio de la sangre y otros fluidos corporales, como el herpes, la hepatitis y el VIH.

Lamentablemente, estos tipos de virus son capaces de permanecer un tiempo en una cuchilla de afeitar. Y, bueno, cuando te afeitas, ¡los cortes están a la orden del día! Incluso si no te cortas, un pequeño rasguño podría ser más que suficiente para contraer la enfermedad.

Por eso los dermatólogos y otros expertos afirman que es malo compartir la cuchilla de afeitar. Los riesgos son muy altos y, si los comparas con los beneficios, verás que no merecen la pena. Es mejor salir con una barba desarreglada que contraer una enfermedad grave.

¿Cómo usar la maquinilla de otra persona en caso de emergencia?

Ya sabes por qué es tan malo compartir la cuchilla de afeitar. Créenos… Hay más razones para no usar la maquinilla de alguien más, pero no son tan graves como las anteriores (sino más bien estéticas o de conveniencia).

Sin embargo, si olvidaste tu maquinilla en casa o necesitas un afeitado de emergencia, aún hay algunas cosas que puedes hacer. La primera, comprar una maquinilla desechable. Estos modelos son muy asequibles y, aunque no suelen ser los más eficientes, los venden en cualquier lugar.

La segunda es preguntarle a tu amigo o a tu pareja si tiene un empaque de recambios para la maquinilla de afeitar en el cajón, algo que todos deberíamos hacer para evitar la irritación, los rasguños y cortes durante el afeitado.

Si te dice que sí, ambos podrán usar el mismo mango sin tener que asumir los riesgos de compartir la maquinilla. Solo necesitas tu propia cuchilla.

Preguntas frecuentes

¿Qué pasa si me afeito con la navaja de otra persona?

Compartir la cuchilla de afeitar te hace más propenso a la irritación por el afeitado. Cuando una maquinilla no tiene filo, te obliga a ejercer más presión o a aumentar las pasadas para cortar el vello.

¿Qué enfermedades se pueden transmitir por una navaja?

Compartir la maquinilla con la familia, amigos o desconocidos puede elevar el riesgo de contraer enfermedades como la hepatitis B y C. También te expones a virus y afecciones de la piel.

¿Qué pasa si comparto mi máquina de afeitar?

Si usas accidentalmente la maquinilla de afeitar de otra persona —o lo haces con frecuencia—podrías contraer enfermedades de transmisión sanguínea, como el VIH o la hepatitis. ¡Cuídate!

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