Pelos enquistados y erupción cutánea después del afeitado

Muchos hombres pueden experimentar irritación por la maquinilla, pero solo algunos tienen un mayor riesgo de desarrollar un tipo de erupción cutánea crónica, denominada pseudofoliculitis de la barba o PFB. Los pelos enquistados y el sarpullido por afeitarse comparten algo en común: son molestos, dolorosos y nada estéticos. Además, provocan inflamación y granitos bastante molestos.

Por fortuna, ¡estamos aquí para ayudarte! En Gillette^® sabemos cómo quitar los pelos enquistados, qué hacer para minimizar la irritación y cómo evitar el sarpullido por la maquinilla sin renunciar a un afeitado confortable (y planeamos contártelo todo).

Los granitos y los pelos enquistados tienen su origen en la genética, específicamente, en el vello extremadamente rizado. El patrón irregular de los rizos puede provocar que, cuando el vello comience a crecer, se curve, adentrándose nuevamente en la capa externa de la piel. ¿El resultado? Como habrás adivinado, ¡un pelo enquistado!

El factor genético que eleva el riesgo de sufrir de pelos enquistados —o granitos después del afeitado— es más usual en hombres de ascendencia africana e indoeuropea. Ahora bien, eso no quiere decir que todas las protuberancias que salen después de la maquinilla se deban a la PFB. De ahí la importancia de acudir al dermatólogo ante los primeros síntomas para obtener un buen diagnóstico y tratamiento.

Dejando de lado el componente genético, también podría estar ocurriendo algo curioso mientras te afeitas. Hablamos de un hecho capaz de aumentar el riesgo de desarrollar pelos enquistados, o una erupción cutánea después del afeitado. Verás, cuando el tallo piloso está seco, a tu maquinilla le cuesta más cortar el vello, lo que termina por desgastarla.

La sensación, además de molesta, puede hacer que la punta del vello quede inclinada. Y, ¿qué hay de malo en eso? Pues, que al tener un ángulo más marcado, facilita que el tallo vuelva a meterse en la piel a medida que crece, aumentando las probabilidades de pelos enquistados.

El pelo enquistado parece un granito, aunque no lo es. Se trata de un vello que, en vez de crecer fuera del folículo, lo ha hecho hacia dentro, obstruyendo el poro y causando una respuesta natural (inflamación y, en algunos casos, rojeces y dolor).

La inflamación del bulto es provocada naturalmente por nuestro propio cuerpo, que intenta combatir los agentes externos.

Aunque cualquiera puede sufrir de pelos enquistados, las personas con vello rizado y piel sensible, grasa o acneica suelen ser más propensas a padecerlos.

El pelo enquistado viene con señales fáciles de reconocer:

• Sequedad superficial;
• Picor, dolor o molestias;
• Bulto rojizo o de un color diferente a la piel, y
• Un punto oscuro (que vendría a ser el vello atrapado).

Una de las causas del pelo enquistado es la estructura natural del vello. Los expertos coinciden en que el pelo rizado es más propenso a quedar atrapado dentro del folículo.

Los pelos enquistados también pueden aparecer por afeitarse a contrapelo o tirar de la piel al pasar la maquinilla. Esto hace que el vello se retraiga, quedando escondido dentro del folículo.

Si el poro se obstruye, ya sea por suciedad o piel muerta, el pelo se enquistará. E incluso si no hay obstrucción, la punta podría curvarse, haciendo que crezca hacia dentro.

El sarpullido por el afeitado es un tipo de irritación de la piel causado por un mal uso —o una mala elección— de la maquinilla y los productos de cuidado masculino. Suele aparecer minutos después de un afeitado agresivo, pasadas repetitivas, el uso de hojas sin filo o el afeitado en seco.

La irritación de la piel por la maquinilla se reconoce a simple vista. Las manchas rojas (rojeces) son los primeros signos que nos alertan del sarpullido y las quemaduras de la maquinilla de afeitar, y pueden venir acompañadas de otros síntomas, como:

• Dolor, ardor o picor
• Hinchazón o sensibilidad al tacto
• Pequeños granitos rojos (erupción cutánea después del afeitado)

El sarpullido y las quemaduras por la maquinilla de afeitar suelen producirse cuando las hojas entran en contacto directo con la piel, algo que normalmente sucede al afeitarse en seco —sin gel o espuma de afeitar— o a contrapelo. Otras causas detrás de la irritación de la piel, son:

• Afeitarse con una maquinilla vieja, sin filo, inapropiada o con demasiada presión.
• Sequedad por la maquinilla, que se lleva los hidratantes naturales de la piel.
• Tener la piel sensible y no usar productos diseñados para su cuidado.
• No ablandar el vello ni exfoliar la piel antes del afeitado.

El mejor tratamiento para los pelos enquistados es la prevención. Intenta suavizar tu piel y ablandar el vello 5-10 minutos antes de afeitarte. Puedes hacerlo tomando una ducha tibia y aplicando crema antes del gel de afeitar. Elige una fórmula ultrahidratante, como el gel de afeitar Gillette Fusion5.

Otro consejo que te puede ayudar a deshacerte de los pelos enquistados es utilizar una maquinilla diseñada para el afeitado suave, como la ProShield de Gillette. Aféitate siempre en dirección al crecimiento del vello y no a contrapelo, y verás cómo la aparición de los pelos enquistados se reduce.

No te olvides de exfoliar la piel 1-2 veces por semana y de hacerte masajes circulares con tus cremas y aceites para la barba, ya que esto ayudará al vello a crecer fuera del folículo. El exfoliante, además, eliminará las células muertas que suelen atrapar el pelo.

Si notas que tienes uno o más pelos enquistados, puedes tratarlos siguiendo estos tres simples pasos:

• Aplica calor. Sumerge un paño, una toalla limpia o un poco de papel absorbente en agua tibia. Ahora, presiónalo sobre la zona afectada por el granito.
• Tira del pelo. Ya deberías poder ver la punta del pelo enquistado en la superficie. Así que, busca unas pinzas limpias para tirar de él. Hazlo con suavidad. No te escarbes la piel ni intentes arrancar todo el pelo. Simplemente, cógelo y guíalo hacia fuera con delicadeza.
• Limpia tu piel. Lávate la cara con gentileza hasta que el granito y la zona que lo rodea quede completamente limpia.

Aplica un tópico: Utilizar una crema con ingredientes como la hidrocortisona o el retinol puede acelerar la cicatrización y reducir el enrojecimiento. En caso de dudas, llama a tu farmacéutico o médico de cabecera.